Steve Jobs es un referente indiscutible para quienes soñamos con crear empresas tecnológicas. Aunque su partida entristeció a muchos, su vida se ha convertido en parte esencial de la historia contemporánea.
Muchos podrán responder preguntas como: ¿quién fue Steve Jobs?, ¿por qué fue tan importante?, ¿cómo logró construir un imperio sin heredar nada? Todos coinciden en describirlo como un genio, visionario, autodidacta, intuitivo, rebelde e inventor. Pero antes de admirar sus logros, conviene mirar atrás y descubrir dónde comenzó todo: su infancia.
A los cinco años, Steve se mudó con su familia a Palo Alto, al sur de San Francisco. Su padre adoptivo, Paul Jobs, era un hombre hábil con las manos: había servido en la Guardia Costera y trabajó como mecánico y vendedor de autos usados. En su garaje, Paul instaló un pequeño taller y le dijo a su hijo:
“Steve, a partir de ahora esta será tu mesa de trabajo.”
Le enseñó a usar herramientas, a desmontar y volver a armar objetos. Años después, Jobs recordaría:
“Mi padre me dedicó muchísimo tiempo. Me enseñó a construir cosas, a desarmarlas y a montarlas de nuevo.”
Esa dedicación y atención al detalle dejaron una huella profunda en él. “Mi padre era un genio con las manos —diría en 1985— capaz de arreglar cualquier cosa y hacerla funcionar.”
Desde niño, Steve fue descrito como excepcionalmente brillante y terco. Él mismo reconocería más adelante:
“Siempre me sentí especial. Mis padres me hicieron sentir especial.”
Fuente: Steve Jobs, Editorial Alfaguara, Lima, 2012.
🤔 ¿CÓMO NACE LA IDEA DE TROONIC CAMP?
Todo comenzó en tercero de secundaria, en un colegio de Magdalena del Mar. Mi profesor de Química, al que llamábamos cariñosamente “Narizón Rivera”, había trabajado como físico en la FAP. Era estricto, exigente y apasionado por enseñar. Al principio lo veía como un reto, incluso como un temor: no quería pasar la vergüenza de no saber responder cuando me llamaba a la pizarra. Pero con el tiempo, esa presión se transformó en motivación.
Estudiaba no para aprobar, sino para aprender. Terminé siendo su alumno preferido y gracias a él descubrí mi vocación por la Física.
En cuarto de secundaria, ya en el colegio estatal Roque Sáenz Peña, tuve otra gran mentora: la profesora argentina Irma Borbor, quien nos enseñaba Ciencias Naturales con un enfoque distinto. Nos llevaba a visitar fábricas y talleres, y luego nos pedía elaborar monografías sobre lo aprendido.
A mí me pidió hacer 15 biografías de científicos… pero terminé haciendo más de 60. Cuando me preguntó por qué, le respondí:
“Descubrí que todos esos genios, desde Newton hasta Tesla, pasaron su infancia en contacto con la naturaleza.”
Esa observación fue el germen de una idea que hoy inspira el Troonic Camp: un campamento para genios, donde los niños y adolescentes pueden desarrollar su curiosidad, creatividad y pensamiento técnico desde la experiencia, la exploración y el contacto directo con el entorno.
Porque los genios no solo nacen… también se hacen.
KILLER APLICATION – ¿POR QUÉ TROONIC FABRICA KITS DE ROBÓTICA?
Hoy existen muchos materiales para enseñar tecnología. Lego, por ejemplo, es funcional, pero limita la experiencia práctica: el niño no usa herramientas reales ni comprende qué ocurre dentro del robot. No ve circuitos, sensores ni programas. Por eso, en países como Japón, Corea o Alemania, Lego no es el estándar educativo.
Troonic busca ir más allá. Nuestros kits permiten aprender con las manos, entender los principios de la electrónica, la mecánica y la programación. Cada pieza tiene un propósito educativo.
El concepto de “Killer Application” se refiere a una idea que revoluciona lo anterior, que cambia las reglas del juego. La robótica educativa es precisamente eso: una estrategia pedagógica que transforma la manera de aprender ciencia y tecnología.
Por eso, en Troonic creamos libros, cómics, guías y proyectos que integran historias, actividades y experimentos para que los niños no solo armen robots, sino también crean en sí mismos.
Nuestro propósito es claro: ser una herramienta que potencie la curiosidad, la creatividad y la confianza. Porque el camino del creador no es fácil, pero sí apasionante.
🤖 ¿POR QUÉ LOS NIÑOS DEBEN HACER TALLERES DE ROBÓTICA?
El kit educativo de Troonic permite al niño explorar, construir y descubrir usando sus propias manos. Así, desarrolla habilidades técnicas, pensamiento crítico y confianza.
El robot “Tutor”, por ejemplo, es un cuadrúpedo que se mueve lentamente, mostrando al niño la magia de dar “vida” a un objeto inerte. Esa experiencia lo conecta con la maravilla de crear.
Cada pieza —motor, sensor, LED o hélice— se convierte en una puerta al conocimiento: física, electrónica, mecánica o programación. El aprendizaje ocurre jugando y experimentando.
Troonic busca llenar el vacío tecnológico de las aulas, fomentando una educación práctica y creadora. En un país sin tradición tecnológica, hacer tecnología es un acto de rebeldía y orgullo.
Nuestros materiales, cómics y cuadernos fomentan la lectura, la creatividad, la disciplina, la perseverancia y la innovación.
Valores de Troonic:
- Disciplina
- Perseverancia
- Creatividad
- Investigación
- Innovación
⚙️ ¿POR QUÉ FABRICAR ROBOTS EN EL PERÚ?
TROONIC: LÍDER EN ROBÓTICA EDUCATIVA
Después de 22 años de experiencia diseñando y enseñando robótica, Troonic ha dado un paso histórico: fabricar sus propios kits educativos en el Perú.
Integramos hardware, electrónica, software y realidad aumentada, con estándares internacionales. Nuestro objetivo: democratizar la educación tecnológica y preparar a los niños para un futuro donde la creatividad y la innovación sean esenciales.
Durante años hemos importado todo, incluso ideas. Es momento de cambiarlo. Fabricar robots en el Perú significa romper la dependencia tecnológica y mental, demostrar que nosotros también podemos crear productos de nivel mundial.
Nuestros viajes a Japón, Rusia y Estados Unidos nos inspiraron a adaptar un modelo educativo propio, pensado para nuestra realidad.
Porque el futuro no se importa: se construye.
Troonic invita a colegios, empresas, gobiernos y comunidades a unirse en una Alianza por la educación tecnológica, para que los niños de hoy sean los creadores del mañana.